Filmar una película es plasmar una mirada del mundo. Por este motivo, mi principal interés fue buscar la diversidad dentro de un cine realizado casi exclusivamente por hombres blancos cis-género.

Estas películas discuten con sus respectivos contextos y abren debates desde lo no dicho. Sinceras y sensibles sin golpes bajos, sin salidas fáciles, sino con el sutil manejo de los recursos del lenguaje. La ambigüedad latente en estos films genera un eco posterior al visionado, que da cuenta del carácter expansivo de los mismos. Se prolongan sobre el espectador transformando y ampliando su percepción del mundo.