Las películas aquí mencionadas no desconocen una trascendencia en la historia del cine, sin embargo su presencia en la lista es por la importancia que tienen en mi vida, por cómo han influido en mi percepción sobre el mundo. No concibo la importancia del cine fuera de estos términos, quiero decir, el cine para mi es una experiencia surrealista. A pesar (o además) de esto, intente mantener una coherencia en la selección, respetando una preocupación, también personal, sobre temas en la actualidad del país. La lista tiene una clara insistencia sobre algunos de dichos temas, pero también cuenta con sus derivas en películas que más que hacerse preguntas, en su excelencia, ayudan a saber preguntar, a saber donde buscar aquello que, sin saber qué es, muchas veces queremos encontrar. Después de todo, las grandes películas también son aquellas que alimentan la curiosidad y no tanto, por no decir en absoluto, aquellas que la sacian. Para agrandar aun más la lista y así intentar ilustrar por dónde fluyen mis pensamientos sobre el cine, estos son otros de los títulos que surgieron de mis pensamientos a la hora de pensar el cine argentino: Apenas un delincuente, Prisioneros de una noche, Dar la cara, Vagón fumador, Tan de repente, La deuda, La noche, General Pico, Construcciones, Adiós a la memoria, El perro que no calla. Lejos de los clásicos, son tal vez películas más íntimas y contundentes que vuelven al asunto del cine algo más atractivo e interesante en mi vida. La gran mayoría de estas películas son posteriores a mi nacimiento; esto evidencia una forma de selección, de gusto y de acceso a ciertas películas de nuestro pasado, pero sobre todo evidencia mi falta de conocimiento.