Me resulta imposible pensar las mejores películas del cine nacional sin mencionar el sesgo subjetivo. Por tanto, la lista fue armada siendo consciente de mi gusto, del recorte que hacía y sabiendo que la selección se mantiene siempre abierta y en una permanente posibilidad de cambio. Mi decisión fue excluir todas las producciones que hayan sido hechas en los últimos veinticinco años pensando en la necesidad de mantener cierta distancia de las obras (y de lxs directores) para poder apreciar, en perspectiva, su importancia. Opto por nombrar algunas de esas películas eternas, que me conmovieron por los riesgos que asumieron, sea en cuestiones estéticas, ideológicas, políticas. Esta es una lista posible, un ensayo de lista.