Maia Gattás Vargas

Artista plástica, Cineasta, Docente, Investigadora, Periodista
Es artista visual e investigadora en Artes. Se graduó como licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA). Es Doctora en Artes (UNLP, CONICET). En 2019 fue becada para cursar el Programa de cine UTDT. Se encuentra finalizando su primer largometraje documental Viento del este, gracias a un subsidio del INCAA.

No estudié una carrera de cine y, quizás por eso, no disfruto particularmente de lo que la mayoría de la gente considera “el buen cine”. No debo haber visto ni el 15 % de los “clásicos”. Entré al cine de costado. Recuerdo dos momentos fundantes de esta relación: primero en los 2000, yo tendría 14 años y mis viejos se estaban separando -pero yo no lo sabía-. Todos los martes alquilaban una película de “cine arte” en el videoclub Casablanca de Ingeniero Maschwitz. Como soy la mayor de mis hermanos, me fueron dejando entrar a esa suerte de “ciclo de alcoba”. Al año siguiente se separaron, pero me dejaron un legado de películas raras: Magnolia, El violín rojo, Todas las mañanas del mundo… El segundo momento se da estudiando mi carrera, Ciencias de la Comunicación en la UBA, cuando me toca hacer la tesina me entero de que existe un grupo de investigación sobre “Cine ensayo” organizado por la cátedra Bailo de Taller II. Ahí pienso que el Cine ensayo es todo lo que quiero hacer en este mundo, porque reúne imágen y pensamiento filosófico, palabras y montaje. Me obsesiono y me veo casi todo Marker y el Godard más ensayístico, y hago como tesina de licenciatura un videoensayo llamado “Las palabras”. Y ahí me doy cuenta que es un tipo de cine muy poco explorado en Argentina y desde entonces quedé sedienta por cada película que aparece vinculada a lo ensayístico. Desde ahí hasta hoy pasaron varias cosas en mi relación con el cine, la más importante estar en la lucha por hacer un documental bastante personal desde el año 2012. En esta lista, donde debo elegir mis 10 películas favoritas, voy a hacer honor a algunas de esas películas que me encontré en este camino, películas que muchas veces me descolocaron, que me incomodaron y me sorprendieron o sacudieron. Incluso elegí algunas que casi no se consideran cine, porque tienen mucho de experimento, son cines-monstruosos, como me gusta llamarlas. De algún modo, todas ellas me ayudaron a hacer Viento del este, el documental que estoy ¿ya casi? terminando. Esta es, entonces, una lista caprichosa de agradecimiento.