Mi listado es acotado y hereje: parte del siglo 21. Más que un revisionismo histórico del cine argentino, es una cartografía de mi entusiasmo cuando de adolescente descubrí que había un cine hecho en mi país que me interpelaba mejor que producciones extranjeras. Estas películas me ofrecieron camaradería coyuntural, una sensibilidad inmediata, un leitmotiv que me integraba con asombrosa generosidad. No es un ranking, es un agradecimiento en 10 pasos.