Lidia Coria

Crítica, Periodista, Programadora
Periodista y crítica de cine nacida en Catamarca, realiza columnas de cine para medios locales como Radio Valle Viejo, FM Kakan, Canal TVEO Catamarca, y escribe la crítica de la semana (películas y series) y la sección de cine en Revista Express que se publica todos los domingos en el diario El Ancasti. En el Gobierno de Catamarca trabaja en la Secretaría de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte. Está a cargo del Espacio INCAA Catamarca, colaboró en el catálogo de realizadores del Corredor Audiovisual de Los Andes, y en julio de 2022 organizó el ciclo “Poncho Audiovisual” que proyectó más de 100 producciones audiovisuales, la mayoría de Catamarca y la región NOA, durante nueve días en el marco de la 51° Fiesta Nacional e Internacional del Poncho.

Me gustaría empezar la fundamentación de mi listado de las mejores 10 películas del cine argentino siendo sincera y confesando que me costó realizarla, no porque me faltaran títulos, sino porque elegir sólo 10 me hacía dejar otras excelentes producciones afuera de la selección.
Una vez superado este primer obstáculo, empecé por Camila (1984) de María Luisa Bemberg, un clásico nacional nominado al Óscar que estuvo en la encuesta sobre cine argentino en las ediciones anteriores, pero que hoy toma otra relevancia desde el punto de vista del movimiento feminista ya que pone en el centro de la escena el rol de la mujer, en este caso, en el ámbito del cine. No sólo Camila habla sobre una mujer real que vivió en una época donde rompió mandatos sociales antes impensados, sino que es una producción dirigida por otra mujer que también hizo lo mismo desde su rol como realizadora audiovisual en tiempos en los que había escasas referentes en la industria nacional.
Continué con otro clásico como Esperando la Carroza (1985) de Alejandro Doria, que pinta de punta a punta a la sociedad argentina y hoy sigue más vigente que nunca ya sea a través de memes, frases icónicas y escenas memorables que copan el imaginario colectivo del ser nacional. En otras palabras, un filme que probó no tener fecha de vencimiento y que las nuevas generaciones de espectadores tienen el derecho a descubrir y disfrutar.
Mi siguiente seleccionada es Un lugar en el mundo (1992), dirigida por Adolfo Aristarain, que fue la película que me hizo ver al cine argentino con otros ojos, sin prejuicios, disfrutando de esta historia que habla de defender nuestra tierra y nuestros derechos ante los intereses mezquinos de los poderosos. Un relato sobre el sentido de pertenencia y todo lo que eso conlleva.
Los siguientes tres títulos pertenecen a tres directores: Fabián Bielinsky, Damián Szifron y Juan José Campanella, que dejaron la vara altísima a nivel narrativo en el cine argentino. La memorable Nueve reinas (2000) que tiene un giro argumental final no sólo excelente sino también totalmente inesperado; Tiempo de valientes (Damián Szifron, 2005) (2005) la mejor buddy cop movie del cine nacional que nos entregó unas de las duplas protagonistas más queridas; y El secreto de sus ojos (2009) que nos hace pasar por todos los climas, comedia, drama, misterio, acción, con un profundo desarrollo de personajes y otro giro de guion inolvidable.
Finalmente, las últimas cuatro películas de la lista son producciones no sólo recientes en el tiempo sino también procedentes del interior del país. Mi selección se basa en que, además de considerarlos excelentes largometrajes, cada uno en su género, es necesario impulsar una mirada federal desde el rol que ejercemos para que nuestro cine se enriquezca con historias de otras geografías y con más y nuevos talentos, detrás y delante de la cámara.
Teniendo en cuenta que esta encuesta es una gran oportunidad para poner en la vidriera estas películas que quizás la mayoría de los espectadores todavía no descubrió seleccioné a dos representantes del cine tucumano: El motoarrebatador (2018), escrita y dirigida por Agustín Toscano, un relato donde la línea entre víctima y victimario se desdibuja y crea una dinámica entre dos personajes increíblemente atrapante; y Zombies en el Cañaveral: El documental (2019), del director Pablo Schembri, un mockumentary que tuve la oportunidad de descubrir en el Festival de Cine de Mar del Plata y tiene todos los elementos de la búsqueda de un tesoro perdido: un filme prohibido que desapareció sin dejar rastro, su notable influencia en un clásico del terror americano y un mito que desvela a divulgadores y cinéfilos con el correr de los años.
El siguiente es Esquirlas (2020) de Natalia Garayalde, un documental de Córdoba que retrata en primera persona, a través de imágenes de un archivo familiar captadas en VHS, las explosiones de la fábrica militar de Río Tercero en noviembre de 1995, y cómo dicha tragedia marcó para siempre a la directora y su familia. Un testimonio real y contundente sobre uno de los episodios más lamentables e impunes de la historia reciente de la Argentina.
Y por último seleccioné a Jesús López (Maximiliano Schonfeld, 2021), un drama de Entre Ríos dirigido por Maximiliano Schonfeld que habla de un duelo y de cómo sobrevivir a la pérdida, cuando un chico empieza a ocupar de a poco el lugar de su primo fallecido en un accidente de tránsito. Con tintes sobrenaturales, el relato se refuerza con grandes actuaciones, el trasfondo de los pueblos rurales que intentan sobrevivir a la industrialización y una dirección de fotografía que insufla aires de realismo mágico a todo el metraje.
Quizás es osado de mi parte incluir títulos tan recientes, pero mi intención es renovar la mirada del espectador y abrir su horizonte audiovisual a otras latitudes del territorio nacional que todavía no ha explorado.
Así mi lista se compone de clásicos del cine argentino más reciente y hallazgos cinematográficos con impronta federal, una combinación que, por un lado, busca reafirmar películas que todos vimos y amamos, y por otro, visibilizar otras producciones que merecen ser descubiertas y valoradas por un público más amplio.