Justine Laura Burgos

Cineasta, Programadora
Gestora cultural, integrante de los programas de exhibición federal, Gafas Violetas y Museos de Película del INCAA. Realizadora audiovisual especializada en documental. Trabajó en producción de Festivales de Cine y en Publicidad. Comunicadora Social. Ayudante de cátedra e investigadora en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo. Feminista, vegana y Diplomada en Comunicación Política con perspectiva de género y diversidad.

El orden de las películas no tiene que ver con un ranking, sino, por cómo fueron apareciendo en mi vida.

La primera de la lista, es una película que me marcó un montón, en mi adolescencia conocí el libro de Osvaldo Bayer y me encantó, así que tuve que ver la película. En mi casa siempre se vio mucho cine y es por eso que siempre siento que mi mayor influencia para que yo estudiara cine, fue gracias a tener xadres que miraban mucho y variado cine, pero La Patagonia rebelde, me hizo querer ver más y más. Era una época de mucha militancia política en mi vida, principalmente en el anarquismo y es así que al poco tiempo llegué a Raymundo Gleyzer, gracias a un docente que me lo recomendó y a una muestra en un centro Cultural, me acuerdo que vi Me matan si no trabajo y si trabajo me matan y no pude dejar de sentir que tenía que ser documentalista, siempre estuvo en mí el amor por el periodismo gracias a Rodolfo Walsh y al fotoperiodismo por películas como Salvador (1986, Oliver Stone), pero esta fue la que más me impactó. Luego, conocí a las mujeres de nuestro cine, las “pioneras” y es por eso que Las furias me parece fundamental. Creo que no hay película que plasme tanto, con tan pocos recursos, nada sobra y todo esta perfectamente desarrollado. Mi elección de Dios se lo pague, es por muchas cosas, por un lado me recuerda a las tardes con mi tía abuela Rosa en la que veíamos cine nacional en Volver de los 50 y 60 y las dos hablábamos fascinadas de la ropa y los peinados, por el otro, es mi amor por Zully Moreno, una “mujer fatal” muy de la época que tiene un peso increíble en la pantalla grande, siempre se destaca y por último, porque Amadori hace con un guion más que “bizarro” por lo que cuenta, una historia que te atrapa y hasta te “cierra”, le crees de principio a fin y eso me alucina. Las dos siguientes en la lista, Si muero antes de despertar e Invasión son porque siempre fui fan del llamado “cine de género”, el terror, el suspenso es lo que más me gusta, así como lo fantástico y en ambas películas queda demostrado que tuvimos joyas en nuestro cine y que lamentablemente, no tuvieron la suficiente explotación como la deberían haber tenido, más allá de que hay un nuevo cine de terror y con policiales “mainstream”, que están intentando imponerse en salas, todavía queda un largo camino y en el que el Estado debería construir. Después, esta Favio, imposible no tener una película de él en mi lista, el tema era cuál porque todas me gustan mucho, sin embargo, Crónica de un niño solo es la que más me marcó, la que no puedo dejar de ver y no encontrar siempre algo nuevo. Me pasa lo mismo con la temática “dictadura”, aunque soy nacido en democracia, es parte de mi vida por tener ambos xadres ex presxs políticxs y en ese sentido, la que más que gusta, siento que es la más infravalorada y la que mejor plasmó lo que fue el después para muchas de las personas que lo vivieron, además de tener como directora a una de las mejores productoras de nuestro país. Las dos últimas películas, por distintos motivos, tienen mucha presencia en mí, quería pensar en una que marcara el “nuevo cine argentino” y aunque hay muchas que me gustan, en la que más pienso y en la que más me gustó y sigo recordando escenas es El abrazo partido, debe ser de las películas que mejor relata un momento de nuestra historia con la tridimensionalidad de sus personajes y ni que hablar de la zona, es muy porteña también y eso me representa. Y la última, pero no la menos importante, es una que apareció cuando estudiaba cine y que volvió a mi vida el año pasado. Cuando estudié cine, no me terminaba de gustar María Luisa Bemberg, más allá de su corto El mundo de la mujer, la sentía lejana, es entonces que una docente nos hizo ver Gente en Buenos Aires y me enamoré de la visión feminista de Eva Landeck, hoy por hoy, gracias a mi trabajo y a compañeras que quieren visibilizar su obra, pude conocer a su hija Irene Morack y en poco haremos una retrospectiva sobre Eva.

Y me quedan afuera varias lamentablemente, entre ellas: Plata dulce, Historias mínimas, La Ciénaga, Tiempo de revancha, Tire dié, Los que vuelven, Un año sin amor, Silvia (documental), o directorxs como Narcisa Hirsch, Leopoldo Torres Nilson, Lucas Demare, entre otrxs.