Juan Manuel Bellini

Periodista
Juan Manuel Bellini. Tolosa, 1978. Periodista. Docente de la cátedra Análisis y Crítica de Medios de la Facultad de Periodismo y Comunicación UNLP. Integrante del equipo de Justicia por Delitos de Lesa Humanidad de la Comisión Provincial por la Memoria. Columnista de Panorama del Cine (AM Universidad) y Cacodelphia (FM Futura).

1. El dependiente (Leonardo Favio, 1969).

Se puede elegir una de Favio, como así también sumar otras siete de él a esta lista. Simplemente, una maravilla.

2. La Ciénaga (Lucrecia Martel, 2001).

Un antes y un después en el cine argentino, nada volvió a ser lo mismo, la quisieron imitar pero su universo es único.

3. Boquitas pintadas (Leopoldo Torre Nilsson, 1974).

Gran novela, gran adaptación, grandes actuaciones, imágenes y diálogos que no se olvidan.

4. Bolivia (Israel Adrián Caetano, 2001).

Con sencillez se narra algo gigantesco como el racismo.

5. La tregua (Sergio Renán, 1974).

Si se valoran los Oscar está bien que haya perdido con Amarcord, pero solo porque tuvo esa genialidad enfrente, sino lo merecía totalmente.

6. Los rubios (Albertina Carri, 2003).

Albertina indaga, pelea, se involucra, una mirada distinta a los relatos habituales sobre el genocidio en el cine.

7. La Patagonia rebelde (Héctor Olivera, 1974).

El mejor cine político, explicar las luchas de los ’70, sus discusiones, remontándose al principio de siglo en el Sur.

8. Pizza, birra, faso (Bruno Stagnaro, Israel Adrián Caetano, 1997).

Los porteños no veían lo que tenían ante sus ojos, Stagnaro y Caetano se propusieron ver y contar. Buñuel resucitado, caminando por Constitución.

9. Buenos Aires viceversa (Alejandro Agresti, 1996).

Diálogos y diálogos y diálogos. Historias cruzadas, una “Ciudad de Ángeles” criolla, pero sin minimalismo. Humor y tragedia.

10. La pródiga (Mario Soffici, 1945).

Hace años la votaron como la peor película. Viva o muerta Evita siempre molesta, mientras genera amor. En el film es La Señora, estremece escuchar ciertos parlamentos de Evita. Tardó muchos años en ver la luz. Existe la necesidad y el derecho de verla.