Jorge García

Crítico
En mis años mozos, aparte de apasionado cinéfilo -de esos que iban a los cines de barrio a ver tres películas de corrido- fui programador de algunos cineclubes de efímera existencia. La aparición de la revista El Amante me motivó a incursionar en la crítica, tarea que desarrollé en ese medio desde 1992 a 2012. Esa labor me permitió asistir a numerosos festivales nacionales y extranjeros y ser jurado en varios de ellos. Una vez terminado el ciclo de El Amante, ingresé al blog Con los ojos abiertos, donde escribo actualmente.

Con mi habitual tendencia a la desobediencia civil, no cumpliré con el requisito de elegir solo diez películas del cine argentino. Por el contario, dividiré a mi selección en grupos, una hasta 1965, a la que llamaré –justificadamente o no– período clásico, y la otra, desde 1965 hasta nuestros dias. En cada caso son diez películas que no necesariamente serán las mejores pero sí aquellas realizadas por directores que me parecen representativos de esas épocas y que, por supuesto, me gustaron. Como ocurre en estos casos, estas listas son absolutamente provisorias ya que si, tal vez las escribiera mañana, las películas podrían ser otras. Van entonces las dos listas ordenadas cronológicamente por año.

FILMS CLASICOS (Anteriores a 1965)
LA VUELTA AL NIDO (Leopoldo Torres Ríos, 1938)
Uno de los films más sorprendentes de la historia del cine argentino, con su insólita utilización de tiempos muertos y situaciones sin diálogos (¿la habrá visto alguna vez Antonioni?).

EL LOCO SERENATA (Luis Saslavski, 1939)
Pepe Arias en un papel totalmente alejado de los que componía habitualmente, en un film que sorprende por sus bruscos cambios de tono y pasajes de la comedia al drama.

ELVIRA FERNANDEZ, VENDEDORA DE TIENDA (Manuel Romero, 1942)
Manuel Romero, desde su cine de clara raigambre popular, supo predecir movimientos culturales y politicos, algo que se puede apreciar en esta película en referencia al peronismo.

SE ABRE EL ABISMO (Pierre Chenal, 1942)
Entre los valiosos films que realizo el francés Chenal en nuestro país, se destaca esre melodrama, que es una demoledora vision de la familia, totalemente infrecuente para esa época.

ARROZ CON LECHE (Carlos Schlieper, 1950)
Schlieper fur el gran realizador nacional de comedias, un género en el que mostraba un perfecto timing y un sostenido ritmo, y esta es una de las varias notables que dirigió en ese terreno.

ARMIÑO NEGRO (Carlos Hugo Cheistensen, 1953)
Un gran film, de los últimos del mejor período del director (1943-1955), en el que se puede apreciar en plenitude su capacidad para crear atmósferas enfermizas y moralmente ambiguas.

EL VAMPIRO NEGRO (Romás Viñoly Barreto, 1953)
Con el peso del ilustre antecedente del film de Fritz Lang, el director consiguió una remake notable, con una estupenda iluminación de Aníbal González Paz y Nathan Pinzón en el papel de su vida.

BARRIO GRIS (Mario Sóffici, 1954)
En la irregular carrera de Mario Soffici, uno de sus títulos recordables es esta cálida mirada de una barriada popular, en la que muestra gran poder de observación y entrañables personajes.

MAS ALLA DEL OLVIDO (Hugo del Carril, 1955)
Un memorable melodrama del gran Hugo, de un desesperado romanticismo y en el que el clima necrófilo anticipa claramente el que logrará años despues Hitchcock en Vertigo.

PAJARITO GOMEZ (Rodolfo Kuhn, 1954)
No son muchos los títulos que se recuerdan de la llamada Generación del 60, pero uno de ellos es esta corrosiva sátira sobre la creación de un ídolo popular (dicen que inspirada en Palito Ortega)

FILMS POSTERIORES A 1965
LA HORA DE LOS HORNOS (Fernando Solanas y Octavio Gettino, 1968)
Utilizando los más variados recursos del cine documental y experimental, Solanas y Gettino construyeron un film que -sobre todo en sus dos primeras partes- es un clásico indiscutible del cine politico.

INVASION (Hugo Santiago, 1969)
Mas allá de que sea, o no, la major adaptación e J.L. Borges al cine, el film, en su intrincada fusion de elementos politicos y fantásticos, ofrece una lúcida mirada sobre aspectos de la vida en nuestro país.

El DEPENDIENTE (Leonardo Favio, 1969)
El enorme talento de Leonardo Favio en su máximo esplendor en este relato ambientado en un pequeño poblado provincial, que presenta una galería inolvidable de personajes.

ULTIMOS DIAS DE LA VICTIMA (Adolfo Aristarain, 1982)
Aristarain, el gran narrador del cine argentino, en este film minimizó sus defectos y potenció sus virtudes al máximo en un brillante film, con una secuencia inicial para la más exigente antología.

JUAN, COMO SI NADA HUBIERA SUCEDIDO (Carlos Echeverría, 1987)
Excelente documental acerca del único desaparecido en Bariloche, en un notable film que empequeñece otras obras con la misma temática. Una película notoriamente subvalorada.

PIZZA, BIRRA, FASO (Israel Adtián Caetano, 1998)
La ópera prima de Caetano significó una auténtica ruptura con el cine que se hacía en esos años, en su cruda mirada sobre un trío de muchachos marginados por la Sociedad.

LA CIENAGA (Lucrecia Martel, 2001)
Formidable ópera prima de la directora salteña, tal vez la mayor cineasta nacional del siglo, en un film que ahonda en las relaciones y diferencias de clase en la vida de provincia.

HISTORIAS EXTRAORDINARIAS (Mariano Llinás, 2008)
Llinás rompe con las convenciones narrativas habituales (el film dura cuatro horas), y utilizando elementos de todos los géneros cinematograficos, urde y entrelaza varios brillantes relatos.

FANGO (José Celestino Campusano, 2012)
Campusano, infatigable buceador en las profundidades del cono urbano bonaerense, ofrece aquí su mejor film, un relato que, a pesar de su crudeza y violencia, no descatra la mirada compasiva sobre los personajes.

ADIOS A LA MEMORIA (Nicolás Prividera, 2020)
Como ningún otro cineasta, Prividera, une elementos personales y de la historia general del país con lo cinematográfico y aquí, tomando como centro a su padre, desarrolla un potente retrato de la actualidad.