Seguramente sea una elección un tanto canónica de nuestro cine nacional y solo arroje alguna que otra sorpresa, pero creo que es un listado representativo. Reducir la historia de nuestro cine a 10 títulos es una labor casi imposible; autores como Gleyzer, Christensen, Solanas, Lah, Aristarain y Torre Nilsson no entraron sólo por cuestiones de numeración y por entender que debo cumplir con cierta premisa. El hilo conductor de esta selección responde no sólo al gusto personal sino a ser títulos que apostaron a diferenciarse. Ya sea desde estructuras ambiciosas, caminos lúdicos o por ser fuertemente críticas en materia política, todas -de alguna manera- realizan un llamado a la acción. Todas ellas asumieron riesgos e interpelan con fuerza tanto remitiéndose a la historia argentina como también a las posibilidades del lenguaje y de la técnica. No todas se prestan al mismo tipo de análisis, lo sé, y el orden resultará caprichoso (lo es), pero son 10 títulos que inevitablemente me modificaron.