Bruno Androvetto

Cinéfilo
Nací y, desde entonces, vivo en Rafaela. Adscribo al termino “cinéfilo”, que reivindico y celebro con más gusto entre los antis que en otros ámbitos. He escrito algo de ficción y poesía para diversas antologías y ediciones regionales pero el título de escritor no me entra. Cada tanto trato de pensar sobre lo ya pensado y escribo algo de crítica ahí donde se habilita algún espacio.

¿Cuál es la forma correcta de encarar un listado de esta índole? ¿Seria lo correcto internar acercarse al -desde ya fallido- rigor objetivo? ¿Sería justo caer en el historicismo por el historicismo mismo? ¿Seria mas provechoso enfocar desde el mas personal de los gustos? ¿Medir por impacto, importancia, popularidad? ¿Quizás trazar una cronología de sucesos cinematográficos que aparecen como consecuencia uno de otro? ¿No defraudar al completismo y hacer lo posible para que no nos falte nada porque una lista de cine argentino sin la Tita, sin Hugo, sin Favio, sin este o aquel no vale?

En cualquier caso, buena parte de la lista se iría en justificaciones o en elecciones impostadas. Toda una línea se nos iría en películas cabalmente importantes para la fundación de nuestro cine pero a las que, desde el vamos, tenemos difícil o nulo acceso –Tango, Nobleza Gaucha o el derrotero mismo de Gardel por suelo yanqui- en pos de una vindicación que no por justa dejaría de ser fantasmagórica y difícil de validar fuera del terreno de la historia.
Así las cosas, intuyo que termino por elegir combinando un poco a todos los criterios -me impongo como única limitación no repetir director*- pero ponderando la elección del corazón.
Con el perdón del lector, estas son mis elegidas. Van en orden cronologico para que nadie vaya a creer que esto es un ranking.

*Así las cosas, que me perdonen Tiempo de revancha, Juan Moreira, el Nazareno y tantos otros.