En un mundo de subjetividades absolutas, cada una de estas películas – además de ser ejemplos casí sobrenaturales de sofisticación e inteligencia narrativa – reflejan y comentan su contexto. Nadie contó mejor la vida paranoica y opresiva durante el Proceso que Aristarain y el plan de Hector Bengoa, el colapso económico del país pre 2000 que el Marcos de Bielinsky o la sexualidad oculta por las convenciones de su época que Schlieper. En mi caso la mayoría fueron profundamente formativas y me hicieron amar sin límites al cine argentino. Una particularidad que noté en las encuestas anteriores es el poco lugar que tuvieron las comedias, siendo un género tan arraigado en nuestra cultura. Es cómo sí alguien hubiese pensado que el humor fuese un signo de superficialidad. Yo puse tres en la lista, ¿y usted? (probablemente la única cita a Emilio Vieyra en toda esta encuesta).