Andrea Cuarterolo

Docente, Investigadora
Doctora en Historia y Teoría de las Artes por la Universidad de Buenos Aires. Es Investigadora Independiente de CONICET y de la Universidad de Buenos Aires donde se especializa en el estudio la fotografía y del cine silente en Argentina y Latinoamérica. Se desempeña como docente en la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en la Maestría en Historia pública y divulgación de la historia de la Universidad de Quilmes. Ha publicado trabajos en numerosas revistas y volúmenes colectivos del país y del exterior como y es autora del libro De la foto al fotograma: Relaciones entre cine y fotografía en la Argentina 1840–1933 (CdF Ediciones, 2013) y co-editora de los volúmenes Cines regionales en cruce: un panorama del cine argentino desde un abordaje descentralizado (EUDEBA, 2022) y Pantallas transnacionales. El cine argentino y mexicano del período clásico (Imago Mundi/Cineteca Nacional de México, 2017), entre otros. Codirige el Centro de Investigación y Nuevos Estudios sobre Cine (CIyNE) dependiente del Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano “Luis Ordaz” (Facultad de Filosofía y Letras, UBA) y es coordinadora de la Asociación de Estudios sobre Precine y Cine Silente Latinoamericano. Es directora, junto a Georgina Torello, de la publicación Vivomatografías. Revista de estudios sobre precine y cine silente en Latinoamérica.

Ninguna de las listas sobre las mejores películas argentinas publicadas hasta este momento incluye una película realizada antes de 1933 (año de estreno del primer film sonoro argentino e inicio simbólico del período de expansión industrial del cine nacional). Este manifiesto desinterés es consistente con el hecho de que, tradicionalmente, las primeras generaciones de historiadores y críticos locales se ha aproximado a estas etapas tempranas desde una perspectiva teleológica que englobaba a estas experiencias cinematográficas pioneras en un período primitivo o preparatorio de un arte todavía en camino de alcanzar su madurez. Victimas de una constante comparación con las cinematografías hegemónicas, estas primeras películas fueron, además, tildadas de ingenuas o pueriles, burdas imitaciones del cine europeo o norteamericano de la época. Sin embargo, estas conclusiones se apoyaban en bases inciertas pues, hasta hace pocos años, eran apenas un puñado los films que podían visionarse de este período. Esta lista, enteramente compuesta por films realizados en las primeras décadas del siglo XX, es entonces una provocación, pero sobre todo una invitación a conocer el cine de este período que, gracias a proyectos como el de Mosaico Criollo o Nitrato Argentino impulsados por el Museo del Cine, hoy se encuentra cada vez más al alcance del público. Cuando le comenté a algunos colegas mi idea de seleccionar para esta lista 10 películas silentes, la pregunta unánime fue: ¿Se conservan 10 películas argentinas mudas? No solo se conservan mucho más de 10 sino que pude darme el lujo de elegir 10 joyas de ese período, algunas de las cuales continúan siendo hoy casi desconocidas.