Agustina Osorio

Cinéfila
Agustina nació y se crió en Bariloche. A los 18 se mudó a Buenos Aires, donde estudió Ciencias Políticas, mientras despuntaba el vicio de mirar y comentar películas junto a varios amigos en un cineclub. Al regresar a Bariloche, comenzó a escribir junto a otro fanático del cine en un blog, para luego lanzarse con su propia página de Facebook El Cine Según Sánchez. Durante 2016 se formó a través de cursos de crítica y análisis de cine. En la actualidad coordina talleres de análisis de películas para personas mayores. Disfruta de ver todo tipo de películas y sostiene que no tiene una favorita, sino que hay una película ideal para acompañar cada momento o tipo de humor que atravesamos.

Las buenas intenciones (Ana García Blaya): el tipo de sensibilidad que no empalaga. Historia argentina anti-Campanella.

Sueño Florianópolis (Ana Katz): la argentinidad al palo pero no pintoresca, sino con realismo y ternura.

La Ciénaga (Lucrecia Martel): nuestra decadencia. Sería una favorita de Jauretche si la hubiera visto.

Tiempo de valientes (Damián Szifrón): el guion redondo.

Esperando la carroza (Alejandro Doria): necesaria, obvia e imprescindible para poder comunicar cualquier emoción por la que paso en mi día a día.

La muerte no existe y el amor tampoco (Fernando Salem): una película que se anima a ser profunda sin ser declamativa.

Luminaris (Juan Pablo Zaramella): algo de este genio del stop motion tenía que estar.

La tregua (Sergio Renán): la mejor tragedia.

Crónica de un niño solo (Leonardo Favio): porque tiene que haber ALGO de Favio.